Escribir sobre el suicidio no es tarea fácil para ningún profesional, pero los fallecimientos por suicidio son una realidad, el suicidio existe, está presente entre nosotros/as, se trata de un problema de salud pública, las cifras que conocemos son desgarradoras y por esto mismo desde el ACTIVOS Y FELICES consideramos que cualquier información que ayude a entender, a informar y, principalmente, a prevenir que ocurra es motivo más que suficiente para continuar este post.
“Todo acto por el que una persona se causa a sí misma una lesión, con un grado variable en la intención de morir, cualquiera sea el grado de la intención letal o de conocimiento del verdadero móvil”
OMS, 1976
Las cifras del suicidio
No sé si el suicidio te ha tocado de cerca, si lo has experimentado en tu familia, con alguna amistad o persona conocida o si siendo profesional te has topado con él en algún proceso de acompañamiento de algún paciente o en clase con algún alumno/a.
Sea como fuere, vamos a ver en este apartado las cifras que conocemos actualizadas y que a mi personalmente, me estremecen.
Cada año más de 700.000 personas en el mundo se quitan la vida y muchas más intentan hacerlo, y es que se estima que el suicidio es la causa de muerte de 800.000 personas anualmente (OMS, 2014).
Cada 40 segundos se suicida una persona en alguna parte del mundo y muchas más lo intentan.
España se encuentra entre los países europeos donde menos suicidios ocurren, pero se observa un incremento preocupante. (WHO Global Health Estimates 2000-2019.)
El suicidio es la principal causa de muerte no natural en España, produciendo 2,7 veces más que las provocadas por accidentes de tráfico; 13,6 veces más que los homicidios y casi 90 veces más que la violencia de género.
7 Mitos y realidades sobre el suicidio
Presta atención a estos siete mitos que seguro has escuchado o leído más de una vez acerca del suicidio y entiende de una vez por todas qué no es información real.
- Hablar sobre el suicidio incita a cometerlo
En contra de lo que se venía creyendo, tratar el suicidio de una manera seria y respetuosa puede ser la oportunidad para que una persona en riesgo se anime a pedir ayuda y de esta forma poder prevenirlo.
- Quien lo dice, no lo hace y viceversa, quien lo hace no lo dice
Cada persona es un mundo y en realidad ambas circunstancias se pueden dar. En la mayoría de los casos, las personas en riesgo de suicidio, sí comunican verbalmente o dejan entrever, de alguna u otra forma, sus intenciones. Aunque a veces pueda parecer que no existe una intención suicida real, siempre existe un riesgo.
- Solo las personas mayores y con problemas graves se quitan la vida
Falso. Actualmente, el suicidio es la principal causa de muerte en la población joven de entre 15 y 29 años.
- Quien se suicida tiene una enfermedad mental
Es verdad que padecer trastorno mental supone un factor de riesgo para desarrollar conductas suicidas, pero no es un requisito necesario y para nada el único. De hecho, la mayoría de las personas que se suicidan no tienen ninguna enfermedad mental.
- La persona con conducta suicida está decidida a morir
De nuevo esto es un mito y es que ahora sabemos que las personas que manifiestan conductas suicidas lo que buscan es terminar de sufrir, es decir, no quieren morir, solo quieren acabar y poner fin a un dolor que sienten. Para ellas el suicidio es esa alternativa, opción y vía de escape a su sufrimiento.
- El suicidio no se puede prevenir
Mentira. Las conductas suicidas se pueden y, de hecho, se deben prevenir. El suicidio es difícil de predecir, pero conociendo y trabajando sobre los factores de protección sí se puede prevenir.
- La persona que se suicida es cobarde o valiente
Este mito es uno de los que he escuchado de forma más habitual. Hablar en estos términos es un error y es que el suicidio no tiene nada que ver con la cobardía o con la valentía de la persona, digamos que el suicidio se relaciona con el sufrimiento y la desesperanza.
Factores de riesgo
Antes de detallarlos te recuerdo que un factor de riesgo es cualquier circunstancia o característica identificable en una persona o en un colectivo y que se asocia a una mayor probabilidad de que ocurra un suceso, en este caso, el suicidio.
Es importante no confundir factor de riesgo con causa directa, y es que la presencia de uno o varios factores de riesgo, no implica necesariamente que el hecho vaya a suceder.
Aclarado esto, en relación al suicidio sabemos que es un problema complejo en el cual intervienen diversos factores de riesgo que se combinan también con la falta o escasez de ciertos factores protectores. Y es que lo importante no es la simple suma de los factores de riesgo, si no la dinámica interactiva entre ellos.
Personales
- Edad
- Género
- Orientación sexual
- Estado civil
- Nivel educativo y cultural
- Presencia de tatuajes
- Sufrir desesperanza, dolor, sensación de fracaso personal…
- Mostrar elevada impulsividad
- Baja tolerancia a la frustración
- Escasez de habilidades para resolver problemas
- Abusar de sustancias como el alcohol y otras drogas
- Sufrir aislamiento y soledad no deseada
- Acceso a medios letales
Contextuales
- Medio rural o urbano
- Ubicación geográfica
- Clima
- Contexto social suicida
- Guerras
- Crisis económica o social e industrialización
- Régimen político
Académicos/Laborales
- Situación laboral
- Profesión
- Sufrir acoso escolar/laboral
- Alto nivel de autoexigencia
- Malestar acerca del propio desempeño
Clínicos
- Tentativas de suicidio previas
- Tener depresión o alguna otra enfermedad mental
- Acontecimientos vitales estresantes
- Ser o haber sido víctima de violencia de cualquier tipo
- Abuso sexual
- Sufrir desesperanza, dolor, sensación de fracaso personal…
- Mostrar alta impulsividad
- Baja tolerancia a la frustración
Sociofamiliares
- Red social de apoyo
- Relaciones Familiares
- Hijos/as
- Abortos
- Clase Social
- Etnia e inmigración
- Religiosidad y espiritualidad
- Antecedentes de suicidio familiares
- Problemáticas en la estructura y el funcionamiento familiar
- Entorno muy exigente y poco flexible
- Enfermedad física y/o mental en la familia
- Abuso de sustancias nocivas por parte de familiares
- Maltrato de cualquier tipo en este entorno
(Anseán, 2014)
Pide ayuda si…
- De un tiempo hacia aquí tu diálogo interno es negativo, tienes sentimientos de culpa, vergüenza y/o inutilidad y te sientes una carga para los demás.
- Sientes mucha tristeza, ansiedad, agitación, ira…
- Piensas con desesperanza sobre tu futuro, lo percibes de una manera muy negativa y sin razones para vivir. Te sientes vacío/a, sin esperanza y/o no encuentras motivos para seguir viviendo.
- Cuando hablas o piensas sobre la muerte la sientes como un alivio a tus problemas y piensas que no te importaría morir.
- Sientes un intenso y profundo dolor físico o emocional.
- Estás planificando una despedida.
- Has aumentado ciertos comportamientos de alto riesgo, como el aumento de consumo de alcohol u otras drogas.
- Has descuidado tu higiene y salud personal: aspecto, alimentación, sueño, etc.
- Sientes apatía, desinterés, buscas alejarte de amistades y familiares, has perdido la capacidad de disfrutar de cosas que antes te hacían feliz
- Buscas, investigas, lees y planificas acerca de formas de morir.
- Llevas a cabo actos que se suelen realizar al final de la vida: regalar tus pertenencias, dejar a tus mascotas, hacer testamento…
- Te despides de tus familiares, amigos y/o cierras las cuentas de tus redes sociales o publicas en ellas contenido triste y autolesivo.
Sí hay solución
Como te he dicho más arriba, el suicidio sí se puede prevenir y también es fundamental trabajarlo en un proceso de terapia con un profesional de la salud mental
En la actualidad contamos con protocolos establecidos para ello que funcionan muy bien y que ayudan a la persona a soportar y aprender a manejar su intenso sufrimiento y poder pasar de ese túnel oscuro en el que se encuentran, hacia un paisaje diferente lleno de color y esperanza.
Entrenar a las personas vulnerables a la depresión y a las ideas suicidas a un mejor manejo de sus fortalezas personales ha demostrado ser útil para reducir la ansiedad, la depresión y mejorar la resiliencia y es una forma de intervenir en la prevención del riesgo suicida.
Y ante un riesgo real y peligro inminente acude lo antes posible a tu centro de salud o a las urgencias más cercanas. No te aísles, busca y contacta con tu red de apoyo y llama ahora mismo al 024 o al 112, al otro lado de la línea encontrarás psicólogos/as de emergencias especializados que te atenderán de manera inmediata.
Fuentes de datos:
- Anseán A, (2014) Suicidios. Manual de prevención, intervención y postvención de la conducta suicida. Fundación Salud Mental España.
- de la Torre-López, J., Sánchez-Álvarez, N. y Pérez-Costilla, L. (2016). Terapia de Fortalezas Personales basada en Psicología Positiva. Manual para terapeutas. Programa Comunitario de Prevención de Suicidio. Málaga: Asociación Justalegría.
- Gabilondo, A., Alonso, J., Pinto-Meza, A., Vilagut, G., Fernández, A., Serrano-Blanco, A., Almansa, J., Codony, M., y Haro JM. (2007). Prevalencia y factores de riesgo de las ideas, planes e intentos de suicidio en la población general española. Resultados del estudio ESEMeD.
- https://prevenciondelsuicidio.es/