En la taller hablamos y reflexionamos sobre nuestros hábitos alimenticios con las siguientes preguntas: ¿Cómo cocinas?, ¿Cómo comes?, ¿Cuánto tiempo empleas para comer?, ¿Qué tipo de comida te gusta?, ¿Sientes la necesidad de comer dulce de manera compulsiva?, ¿Te pasarías la vida alimentándote de pan, pasta o pizza?
Una vez hecha la reflexión sobre nuestros hábitos alimenticios para ser conscientes de qué comemos y cómo comemos, entramos en materia de neurociencia de una manera muy cómoda y fácil de entender, así como de explicar.
Nuestro cerebro necesita muchísima energía para funcionar, por eso es muy importante alimentarnos adecuadamente para darle al cerebro todo lo que necesita.
Y después de conocer qué nutrientes nos aportan determinados alimentos y cómo afectan a nuestro cerebro, llegó la hora de planificar unas pautas para entrenarnos y coger el hábito de realizar una buena alimentación.
Un buen entrenamiento para el día a día podría ser el siguiente:
- Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo.
- Sigue una dieta mediterránea: aceite de oliva, cereales integrales, pescado y fruta.
- El té verdete ayudará a mejorar la memoria
- Dosifica la cafeína. Evita tomarla por la tarde y por la noche.
- Bebe agua. Tu cerebro necesita hidratación. Bebe al menos 8 vasos de agua al día y en momentos de estrés, al menos 16.
- Alcohol en su justa medida. En exceso destruye neuronas.
- Cuidado con el azúcar. En exceso, las neuronas se pueden deshidratar y nos puede afectar entre otras cosas a la concentración.
- Consume grasa insaturada. El cerebro necesita grasa, además de oxígeno y glucosa. El 30% del cerebro es grasa insaturada, en particular omega-3.
- Prepara la lista de la compra. Si no lo haces, probablemente te dejarás llevar por los recursos marketinianos y neuromarketinianos
- Toma verduras. Te aportará un chute de energía para tu cerebro.
- Toma pescado. Para evitar que se encoja tu cerebro (estudio realizado por la Universidad de California)
Por último y para finalizar la charla hablamos de la neurogastronomía. Comer deja de ser una necesidad básica y se convierte en toda una experiencia. Cuando comemos, entran en juego los 5 sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto), además de algunos aspectos psicológicos como las expectativas, la memoria o las emociones.
Todo esto, aprenderemos a ponerlo en marcha en este taller de nutrición inteligente. ¿Te apuntas?
Imparte:
Elena P. Rueda
Licenciada en Veterinaria, especialidad en Bromatología, Sanidad y Tecnología de los Alimentos
Dietista, con 12 años de experiencia en consulta